Parte contratante de la primera parte.
Los cien días de gracia se le debieron acabar a Rajoy el 21 de Noviembre. El Gobierno no solo ha aprovechado la desesperación de los parados que le auparon a la mayoría absoluta para hacer varios recortes que nada tienen que ver con la economía, como por ejemplo sacar el tema del aborto al mes de la investidura, sino que, al parecer, su paciencia es infinita y tuvieron la poca decencia de retener los Presupuestos Generales hasta la semana después de las elecciones andaluzas, así, sin vergüenza ni disimulo. Y les salió mal la jugada, perdieron por la prepotencia que les precede. Entre tanto, y al primer conato de unas protestas que seguro llegarán, y aunque el Partido Popular se pase los próximos años llorando que todo es herencia de la nefasta gestión de Zapatero, ya sacaron las porras aquí Valencia y nos lanzaron a todos un claro mensaje: si esto lo hacemos en los institutos, imagínense que no haremos en las calles, cuando llegue la hora de la verdad. Nuestra inteligencia política como masa deja mucho que desear. Ahora, uno a uno, haciendo gala de nuestra más preciada individualidad, nos vamos a tener que hacer una pregunta. ¿De verdad somos tan tontos? Por delante nos quedan meses y años de recortes, de movilizaciones y de sufrimiento. Entonces: ¿Hasta cuándo nos va a durar el susto en el cuerpo? ¿Dónde están los límites de nuestra paciencia? por eso me pregunto continuamente si es que estoy más cabreado con los recortes de esta gente o con nosotros mismos por no hacer nada.
Banqueros y políticos, culpables absolutos de esta crisis, no solo económica sino también moral, nos han hecho creer que es de sentido común la reacción ultra liberal de meter la tijera a absolutamente todo lo que se mueve. Mientras, un pequeño porcentaje de privilegiados nos va a seguir minando, al mismo ritmo que antiguamente, en tiempos del dictador. No hay nada que nos pueda doler mas como ciudadanos, teóricamente iguales en derechos y obligaciones, que la desigualdad y la injusticia de la que estamos siendo cómplices, donde además, estamos poniendo también la cama. La culpa ya no se la pueden echar a Zapatero.

Mientras que intentan reducir la deuda astronómica, creada a base de derroches y apropiación indebida del patrimonio público, a base de recortes sociales, los casos de corrupción no para de aflorar. Aunque la Justicia siga mostrando su ineficacia, el ciudadano comienza a entender que la tolerancia con la corrupción nos ha llevado a la quiebra financiera. La Amnistía fiscal permite a los grandes defraudadores blanquear capitales sin penalización fiscal.
Mariano Rajoy no puede decir que ignoraba la situación que tenía España cuando presentó su programa electoral. Es imposible hacer una recopilación de sus incumplimientos sobre promesas concretas rotas, desde no subir los impuestos a la bajada de renta de las pensiones mediante la introducción del copago en farmacia y sanidad que es un crimen contra los más débiles, en Educación es retrasar la sociedad en el tiempo y quitar la única igualdad que tenemos todos las personas de nuestro país, así el futuro será mucho más injusto. Lo de la reforma laboral es insultante y miserable. Es mentira que el objetivo de la reforma sea crear empleo. Es mentira que la indemnización por despido baje “sólo” de 45 a 33 días. Es también mentira que la reforma no tenga efectos retroactivos. Cambian las condiciones laborales de todos los empleados, los que tienen trabajo y los que lo consigan a partir de ahora. Es mentira que este decreto “garantice la seguridad de los trabajadores” los empresarios podrán cambiar el horario, las funciones e incluso el sueldo. Pero la mayor mentira de todas es la que el PP nos contó durante la campaña electoral. “Lo que necesita España no es facilitar el despido sino fomentar la contratación”, porque.... si no estás de acuerdo con las nuevas condiciones de Rajoy, el despido es procedente: 20 días por año de indemnización y fuera de España.

Seguiremos escribiendo....... - Dice que... la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. No, sólo la parte de la parte contratante de la primera parte………
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